¿Qué actividades diarias podría hacer para establecerme como prioridad mi vida, mi salud, y mi cuerpo?
Tu nutriólogo 24/7
Es importante que sepas que para poder cumplir tus metas y propósitos de mejorar tu salud, o mejorar en tu entrenamiento, tienes que establecer hábitos que te hagan ser constante, el que este establezcas como prioridad propia es un factor clave y determinante que te va a dar éxito para este tema
Episodio que debes de escuchar y compartir
1. Bienestar general: Tener el control de tu alimentación te permite elegir alimentos nutritivos y equilibrados, lo cual contribuye a mantener un buen estado de salud en general. Una dieta balanceada te proveerá de los nutrientes necesarios para funcionar adecuadamente y sentirte bien física y mentalmente.
2. Control de peso: Si deseas mantener un peso saludable, controlar lo que comes es esencial. Al elegir alimentos saludables y controlar las porciones, puedes evitar el consumo excesivo de calorías y mantener un equilibrio entre la energía que ingieres y la que gastas, lo cual puede ayudarte a controlar tu peso.
3. Prevención de enfermedades: Una alimentación saludable puede ayudar a prevenir una serie de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e incluso algunos tipos de cáncer. Al elegir alimentos ricos en nutrientes y evitar el consumo excesivo de alimentos procesados y altos en grasas saturadas y azúcares añadidos, puedes reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades.
4. Energía y rendimiento: Una dieta saludable y equilibrada te proporcionará la energía necesaria para afrontar tus actividades diarias y mantener un buen rendimiento físico. Alimentarte correctamente te ayudará a mantener niveles estables de glucosa en sangre, lo cual evitará la sensación de fatiga y te permitirá mantener un nivel óptimo de concentración y rendimiento mental.
5. Autoestima y bienestar emocional: El control de lo que comes también puede tener un impacto positivo en tu autoestima y bienestar emocional. Al elegir alimentos saludables y cuidar tu cuerpo, te sentirás mejor contigo mismo/a, lo cual puede mejorar tu autoconfianza y tu actitud hacia la vida en general.
1. Planificación de comidas: Dedica un tiempo cada semana para planificar tus comidas y meriendas. Esto te permitirá tener alimentos saludables a mano y evitará que caigas en opciones poco saludables o rápidas cuando tengas hambre. Prepara un menú semanal y haz una lista de compras en base a ese menú, así podrás tener los ingredientes necesarios y evitarás caer en tentaciones poco saludables.
2. Control de porciones: Aprende a controlar las porciones que consumes. Puedes utilizar herramientas visuales, como platos más pequeños o tazas de medición, para evitar comer en exceso. Además, intenta disfrutar lentamente cada bocado y escucha las señales de saciedad de tu cuerpo. De esta manera, podrás controlar mejor la cantidad de alimentos que consumes.
3. Alimentos saludables a mano: Mantén alimentos saludables y nutritivos fácilmente accesibles. Ten frutas frescas, verduras cortadas y alimentos como yogur griego, nueces o barras de granola sin azúcar a tu alcance. Esto te ayudará a evitar recurrir a opciones menos saludables cuando tengas hambre o antojos.
4. Leer etiquetas: Tómate el tiempo para leer las etiquetas de los alimentos que compras. Presta atención a la lista de ingredientes y evita aquellos alimentos que contengan ingredientes poco saludables, como grasas trans, azúcares añadidos o aditivos artificiales. Comparar diferentes marcas también te permitirá tomar decisiones más informadas y elegir opciones más saludables.
5. Moderación y flexibilidad: No se trata de eliminar completamente los alimentos que disfrutas, sino de encontrar un equilibrio. Permítete disfrutar de tus comidas favoritas de vez en cuando, pero en porciones moderadas. La clave está en no privarte por completo, ya que esto puede llevar a antojos y excesos. Recuerda que una alimentación saludable se basa en la consistencia y el equilibrio a largo plazo.
1. Aprovecha los fines de semana: Muchas personas tienen más tiempo libre los sábados y domingos. Utiliza este tiempo para planificar y preparar tus comidas para toda la semana. Puedes cocinar en grandes cantidades y dividir las porciones en recipientes individuales para tener comidas saludables listas para consumir durante la semana.
2. Haz un horario: Dedica un momento cada semana para planificar tus comidas y entrenamientos. Puedes hacerlo el domingo por la noche, por ejemplo. Organiza tus comidas y entrenamientos en tu calendario como citas importantes. Así, te asegurarás de que tienes tiempo reservado para cuidar tu nutrición y tu actividad física.
3. Utiliza recetas rápidas y sencillas: No todas las comidas saludables requieren mucho tiempo y esfuerzo. Busca recetas que sean rápidas de preparar, como ensaladas, platos de una sola olla o batidos nutritivos. También puedes considerar opciones como el batch cooking, donde cocinas grandes cantidades de alimentos en una sola sesión y los guardas para comer durante varios días.
4. Aprovecha los descansos en el trabajo: Si tienes un trabajo ajetreado y no tienes mucho tiempo libre, trata de aprovechar tus descansos para hacer actividad física. Puedes hacer ejercicios de estiramientos, dar una caminata rápida o incluso hacer algunos ejercicios de fuerza en tu lugar de trabajo, como flexiones o sentadillas.
5. Establece prioridades: Haz del cuidado de tu salud una prioridad. Recuerda que invertir tiempo en tu nutrición y actividad física es una inversión en tu bienestar a largo plazo. Prioriza tu tiempo de manera que puedas encontrar un equilibrio entre tus responsabilidades diarias y tu salud.
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1. "No tengo tiempo": Esta es una de las excusas más comunes. Muchas personas tienen agendas ocupadas, pero siempre hay formas de encontrar tiempo para el ejercicio y la planificación de comidas. Es cuestión de establecer prioridades y organizar el tiempo de manera eficiente.
Recomendación: Organiza tu día y establece un horario para el ejercicio. Puedes dividirlo en sesiones más cortas a lo largo del día si no tienes tiempo para una sesión larga. Además, busca oportunidades para ser más activo/a en tu rutina diaria, como subir escaleras en lugar de tomar el ascensor.
2. "Estoy demasiado cansado/a": El cansancio puede ser un obstáculo real, pero también puede ser una señal de que necesitas hacer ejercicio. La actividad física puede ayudar a aumentar tus niveles de energía y mejorar tu estado de ánimo.
Recomendación: Comienza con ejercicios de menor intensidad, como caminar o practicar yoga. A medida que te vayas sintiendo más energizado/a, podrás aumentar gradualmente la intensidad. También asegúrate de descansar lo suficiente y llevar una alimentación equilibrada para tener más energía.
3. "No tengo dinero para un gimnasio": No es necesario gastar dinero en un gimnasio para mantenerte activo/a. Hay muchas opciones gratuitas o económicas, como hacer ejercicio en casa, salir a correr o caminar al aire libre, o seguir rutinas de ejercicio en línea.
Recomendación: Explora alternativas gratuitas o económicas, como utilizar aplicaciones de ejercicios en casa, seguir rutinas en YouTube, unirte a grupos de ejercicios al aire libre o utilizar objetos cotidianos como pesas improvisadas.
4. "No me gusta hacer ejercicio": Si no te gusta hacer ejercicio, es posible que aún no hayas encontrado la actividad física adecuada para ti. Prueba diferentes opciones, como clases de baile, deportes, yoga o entrenamientos en grupo, hasta encontrar algo que te divierta y te motive.
Recomendación: Experimenta con diferentes tipos de actividad física hasta encontrar algo que te guste. Prueba actividades grupales, deportes, danza, natación o cualquier otra opción que te llame la atención. También puedes hacer del ejercicio una experiencia social al hacerlo con amigos o familiares.
5. "No sé por dónde empezar": Comenzar puede ser abrumador, pero hay muchas fuentes de información y recursos disponibles. Puedes buscar programas de ejercicios en línea, seguir a entrenadores en redes sociales o incluso contratar a un entrenador personal para que te guíe.
Recomendación: Busca asesoramiento de expertos en fitness, como entrenadores personales o nutricionistas. Ellos pueden ayudarte a diseñar un plan de ejercicio y dieta personalizado y guiarte en el proceso de inicio. También puedes buscar tutoriales en línea o unirte a grupos de apoyo para obtener consejos y motivación.
6. "Tengo demasiados compromisos": Siempre habrá compromisos y responsabilidades en la vida, pero es importante priorizar tu salud. Busca formas de integrar el ejercicio en tu rutina diaria, como hacer actividades físicas en familia o aprovechar los descansos en el trabajo.
Recomendación: Prioriza tu salud y bienestar estableciendo límites y reservando tiempo específico para el ejercicio. Aprovecha los descansos en el trabajo para hacer estiramientos o caminar. También puedes involucrar a tu familia o amigos en actividades físicas para combinar compromisos sociales con ejercicio.
7. "No tengo fuerza de voluntad": La fuerza de voluntad puede ser un desafío, pero también es algo que puedes desarrollar. Establecer metas realistas, encontrar un sistema de apoyo, recompensarte por tus logros y recordar los beneficios a largo plazo pueden ayudarte a mantener la motivación.
Recomendación: Establece metas realistas y alcanzables para mantenerte motivado/a. Encuentra un sistema de apoyo, como un amigo o un grupo de ejercicios, que te motive y te mantenga responsable. Recompénsate por tus logros y recuerda los beneficios a largo plazo de mantener una vida activa y saludable.
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